Esto es lo que debes hacer después de rescatar a un perrito o gatito

En México, las personas están optando más por adoptar y rescatar gatos o perros, en lugar de comprar uno en tiendas de mascotas. Un acto de amor que lleva muchas responsabilidades.

De acuerdo con Adoptare, rescatar a estos animalitos no es solo darle un techo, sino que lleva un gran número de reglas.

¡Amamos estos animales!

 

 

Asegurarnos de la salud del animalito

Debemos observar el estado de salud del animal al momento de rescatarlo. Si tiene alguna herida o alguna extremidad lastimada. A partir de lo observado y aunque parezca sano, hay que llevarlo al veterinario lo más pronto posible, sólo así se podrá determinar si se puede trasladar a casa o a un refugio, o si debe de permanecer en observación para un tratamiento.

Tener un buen espacio

Debemos tener un espacio adecuado para el perro o gato pueda sentirse cómoda y segura, además de tener un espacio para comer y hacer sus necesidades.

Planificación

Debemos considerar la situación del animal a corto plazo, es decir, a dónde irá: a un refugio, si se quedará en casa o si se tendrá que buscar una familia que lo adopte. El compromiso que tenemos con el animalito será ofrecerle una vida mejor y con la planeación se pretende eliminar la posibilidad de devolverlo a la calle.

Tu mascota refleja cómo eres en realidad

Esterilización

Para completar nuestra labor de rescate, es necesaria la esterilización, esto para reducir la tasa de crecimiento de los perros en situación de calle. Un tip es que en algunos estados del país se ofrecen jornadas gratuitas que apoyan de diversos modos a los animales. En la CDMX incluso existen unidades móviles que realizan la intervención médica para animales de compañía.

Seguir con la labor

Luego de alegrar y mejorar la vida de un animal, no debes de dudar en continuar haciendo más rescates. La mayor satisfacción será poder mirar a los animales felices, viviendo plenos y seguros en sitios en donde los respetan y aman.

Y tú, ¿has rescatado a un animalito? ¡Compártenos tu historia!