En forma de snack, de jugo o como guarnición, las zanahorias tienen muchos beneficios para tu salud.
Previene enfermedades degenerativas
Sus antioxidantes, como betacaroteno, vitaminas y folatos, combaten los radicales libres que alteran los genes y producen la oxidación celular.
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Mejora la calidad de la leche materna
Mejora los niveles de hierro y vitamina A durante la lactancia, ya que en esta etapa puede haber una disminución de oligoelementos.
Es depurativa
Estimula la eliminación de desechos y a disolver cálculos biliares, gracias a sus aportes en betacaroteno y agua, acelerando la eliminación de toxinas.
Estimula el apetito
Sus aceites esenciales, que aportan su sabor y color, estimulan las enzimas digestivas, por lo que es recomendable cuando hay inapetencia.
Fortalece dientes y encías
Comerla cruda mejora el riego sanguínea bucal, evitando que las bacterias se adhieran a los dientes y mantiene en buen estado el esmalte dental, gracias al flúor que contiene.
Reduce la gastritis
Su provitamina A mejora la mucosa del tracto digestivo y acombatir enfermedades digestivas. Se recomienda comerla cocida, porque el calor aumenta el betacaroteno.
Fortalece el cabello
Gracias a su vitamina A, ayuda a la producción de lípidos que actúan como barrera protectora y evitan la deshidratación de lo cuero cabelludo.
Combate el cansancio mental
Su contenido en potasio y fósforo, ayuda a vigorizar la mente y regenerar los nervios.
Previene el antienvejecimiento
Posee antioxidantes, que combaten la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Es anticancerígeno
Esta propiedad se debe a sus altos niveles de carotenoides, sustancias que le dan el color naranja y que previenen el cáncer de pulmón y de mama.