Diferentes estudios confirman los beneficios de escuchar y ver el mar, ya que reduce los niveles de cortisol, estrés y transmite calma.
Un equipo de científicos comenzaron el proyecto “Salud Azul”, el cual estudia la relación que hay entre el bienestar y el contacto con la playa.
Los investigadores descubrieron que los sonidos del mal son poderosos ya que estimulan la corteza prefrontal, un área del cerebro que se encarga de las emociones.
Según otra investigación, cuando estamos cerca del mar, nuestro cuerpo absorbe los iones negativos, lo que hace que nuestro cuerpo absorba más oxígeno y regule los niveles de serotonina, una sustancia que controla la ansiedad, lo que nos regala una sensación de bienestar y paz, algo así como lo que sientes al terminar un rutina de yoga.
¡Ir a la playa siempre es una buena idea!
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