Si desde hace unos meses te has esforzado por levantarte temprano para ir al gimnasio o salir a correr, y no lo logras, debes saber que “alguien” está interfiriendo en tus deseos de ejercitarte.
Y ese alguien, aunque no lo creas, podría ser ¡tu cerebro!
Un estudio realizado por la Universidad de British Columbia, en Canadá, y la Universidad de Ginebra, en Suiza, señaló que el principal obstáculo para hacer ejercicio es nuestro cerebro.
Según la investigación, debido a la evolución el cerebro y cuerpo están “diseñados” para almacenar energía para sobrevivir y encontrar comida, refugio, una pareja y hasta evitar depredadores.
Este instinto por sobrevivir hace que nuestro cerebro tenga una gran atracción por no moverse.
Así que ya sabes, la razón por la que te cuesta mucho trabajo ir al gimnasio es porque a tu cerebro no le atrae y quiere conservar energía.