En todas las ocasiones, al final de la clase de yoga el instructor concluye la sesión llevando sus manos al centro del pecho y pronunciando Namasté con una ligera inclinación. Podría entenderse como un agradecimiento, pero, ¿qué realmente significa esta frase?
De acuerdo con la profesora de yoga Aadil Palkhivala, el gesto de Namaste representa la creencia de que hay una chispa diviana en cada uno de nosotros y está localizada en el chakra corazón. Este gesto es un reconocimiento del alma en uno por el alma del otro.
La definición
Nama significa reverencia, ‘as’ significa yo, y te, significa tú. Por lo tanto, namaste significa literalmente “inclínate a mí” o “me inclino ante ti”.
El gesto
Para realizar Namaste, juntamos las manos en el chakra del corazón, cerramos los ojos e inclinamos la cabeza. También se puede hacer colocando las manos juntas frente al tercer ojo, inclinando la cabeza y luego llevando las manos hacia el corazón. Esta es una forma especialmente profunda de respeto. Aunque en Occidente la palabra “namaste” usualmente se habla junto con el gesto, en la India, se entiende que el gesto en sí mismo significa Namaste, y por lo tanto, es innecesario decir la palabra mientras se inclina.
Juntamos las manos en el chakra del corazón para aumentar el flujo del amor Divino. Inclinar la cabeza y cerrar los ojos ayuda a la mente a rendirse a lo Divino en el corazón. Puedes hacer Namaste a ti misma como una técnica de meditación para profundizar en el interior del chakra del corazón; pero cuando se hace con otra persona, también es una meditación hermosa, aunque rápida.
Entre un maestro y estudiante, Namaste permite que dos personas se reúnan enérgicamente en un lugar de conexión y atemporalidad, libre de los lazos de la conexión del ego. Si se hace con un sentimiento profundo en el corazón y con la mente entregada, una profunda unión de espíritus puede florecer con este simple gesto.
Cuándo incorporar Namaste a tu práctica
Idealmente, Namaste debería hacerse tanto al principio como al final de la clase. Por lo general, se realiza al final de la clase porque la mente está menos activa y la energía en la habitación es más pacífica. El maestro inicia a Namaste como un símbolo de gratitud y respeto hacia sus alumnos y sus propios maestros y, a cambio, invita a los alumnos a conectarse con su linaje, permitiendo así que fluya la verdad: la verdad de que todos somos uno cuando vivimos desde el corazón .