La papada es una parte de nuestro rostro que comúnmente aparece y que normalmente todas las personas tenemos, sin embargo hay algunas que incluso se pueden confundir y que podrían ser una enfermedad. Así que pon atención y checa qué cambios o crecimientos tiene para que puedas identificar si todo anda bien con tu salud.
Existen papadas desde muy enormes hasta las más pequeñas, y aunque las dos deben mantenerse en constante chequeo, a las que hay que ponerles más atención es a las que tienen un volumen bastante denso ya que aunque el peso del cuerpo y la obesidad no tienen del todo que ver con su tamaño, es importante diferenciar los cambios estéticos que has notado ya que podría estarse escondiendo una enfermedad debajo de ese pliegue del cuello.
Hipertiroidismo.
Esta enfermedad se presenta como una inflamación en la papada y es que la glándula de la tiroides comienza a trabajar en exceso para producir tiroxina, lo cual hace que el cuerpo tenga una desestabilización en el peso.
Síndrome de cushing.
En esta enfermedad, el cuerpo comienza a producir niveles altos de cortisona, lo cual provoca un aumento de peso que se ve reflejado en el rostro y en el cuello sobretodo.
Paperas.
Se trata de una infección que ataca las glándulas parótidas, las cuales producen la saliva, sin embargo al ser atacadas por un virus, hacen que la zona del cuello y debajo de las orejas comience a hincharse.
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Aunque la papada es un problema estético por el que se está dispuesto a eliminar con cirugía o ejercicio, es importante notar qué tipo de crecimientos o deformaciones ha tenido para que no pueda llegar a confundirse y que en realidad se trate de alguna de estas enfermedades.
La papada es algo normal sin embargo debes comenzar a darte cuenta que quizá no sólo sea lo que estás comiendo lo que la ha estado haciendo crecer.